domingo, 22 de marzo de 2015

Lunes de Pueblos. Montilla (Córdoba)

A sólo 40 kilómetros de Córdoba se alza, entre viñedos, olivos y siglos de historia, Montilla. Famosa por sus vinos y aceites, pasear por sus calles supone sumergirse en un pasado de esplendor, como lo demuestran los numerosos palacios, iglesias, ermitas, conventos y castillos, la mayoría edificados entre los siglos XVI y XVII, que se encuentran en este municipio de casas blancas. Para conocer Montilla lo mejor es dejarse llevar, sin prisas y sin rumbo, por su centro histórico y conocer así de cerca esta ciudad, cuna de la Feria Vitivinícola de Andalucía. Localidad de bodegas y parques, alegre y festiva, cuenta incluso con un Museo del Aceite, en el que se puede conocer la historia de este producto, tan importante en la región. Tesoros arquitectónicos, rincones inolvidables y numerosas rutas de interés esperan en Montilla.
 

Montilla, ciudad del vino

Bodega de MontillaMontilla con un escenario excepcional de tierras albarizas, delimitado por su especial orografía, por su singular climatología y por su excepcionalidad geológica.
El milagro se repite cada año. En el mes de septiembre, Montilla se viste de gala para celebrar el ancestral rito de la vendimia. Las altas temperaturas que se registran en la Campiña durante los meses de verano permiten alcanzar a las uvas su grado óptimo de maduración.
Pero sin duda la visita a la ciudad del vino consistirá en conocer de cerca su paisaje, forma de vida, el cuidado del cultivo, degustar  el vino de las tinajas o aprender de sus vinos generosos en sus bodegas. Deleitar los sentidos con el maridaje del vino en su gastronomía y compartir  la simpatía y encuentro en las típicas tabernas y en los centros del vino dedicados a mostrar lo mejor de los montillanos.
 

Gastronomía

La gastronomía montillana es rica y variada. Esto se manifiesta en la elaboración de diferentes platos, además de la elaboración de postres y dulces propios.
Entre los platos más laboriosos se pueden señalar “riñones al Montilla”, apoyados en sus vinos finos. “Alcachofas a la montillana” preparadas con vino amontillado, “solomillo al oloroso” y la “merluza al Pedro Ximénez con pasas”, y entre los más simples encontramos el “picadillo de tomate o naranja” y “el gazpacho”.
A partir del mosto no sólo obtenemos los afamados vinos de esta zona, sino que también se abre un abanico de postres y posibilidades como son las “gachas de mosto”, y el “arrope”, líquido denso, oscuro y muy dulce, que se utiliza para la elaboración de otros platos. 
Por otro lado, encontramos gastronomía vinculada a ciertas fiestas, como son las “gachas con cuscurros” en el día de Todos los Santos, o “pestiños y borrachuelos” en Semana Santa.
Entre las especialidades confiteras montillanas están los “alfajores”, “rosquitos de vino”, “pastelón de cabello de ángel” (único en su género), que mantienen una elaboración artesanal invariable. 

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