Antequera es una ciudad de gran riqueza cultural y económica. Su conjunto histórico está compuesto por más de medio centenar de monumentos y edificios que datan desde la Edad del Bronce, como demuestran el Dolmen de la Cueva de Menga, el Dolmen de Viera y el del Romeral. Coronada por el castillo y por la basílica de Santa María, por su casco antiguo se suceden colegiatas, iglesias, conventos, palacios, arcos, puertas, ermitas, casas señoriales y una alcazaba. De entre todos sobresale el palacio de Nájera (siglo XVIII), que hoy es el Museo Municipal; el convento de las Catalinas o el palacio de los Marqueses de la Peña, de estilo mudéjar y renacentista. Es muy recomendable acercarse al paraje natural de El Torcal, en los alrededores. No se pierda sus fiestas de Semana Santa, de gran tradición y arraigo por su antigüedad.
Torcal de Antequera
Sin lugar a dudas, el Paraje Natural de El Torcal se caracteriza por el impresionante paisaje Kárstico.
Su formación se debe de un proceso que ha durado varios cientos de millones de años. Para ello deberemos remontarnos unos 200 millones de años, cuando gran parte de Europa y Oriente Medio se encontraban sumergidos bajo el mar de Tetis, se inicia un proceso de sedimentación carbonatada, originada por la acumulación y deposito de esqueletos, conchas y caparazones de animales marinos en el fondo del mar que durará unos 175 millones de años. Estos sedimentos se han ido acumulando y compactando en diferentes niveles, formando los estratos horizontales de espesores de miles de metros
Hacia el Mioceno medio, como consecuencia del empuje entre las placas ibéricas al norte del mar de Tetis y la africana al sur, los sedimentos acumulados son comprimidos, deformados y fracturados hasta emerger en un lento y continuado proceso que aún se mantiene. Una vez emergido el relieve, la acción prolongada de los agentes meteorológicos como el agua, el hielo y el viento sobre las calizas, modeló el espectacular paisaje kárstico de El Torcal de Antequera.
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Gastronomía
Las oportunidades que ofrece la gastronomía en Antequera son tan diversas como exquisitas. La herencia culinaria de los numerosos pueblos y culturas que han pasado por sus tierras la convierten en una de las más variadas y nutritivas de Andalucía.
Hay una actividad que toda persona que viaje al interior de Andalucía debe realizar: comer en Antequera. Y sabiendo que más que una actividad, es un placer, la parada se hace obligatoria. No hay nada mejor para reponer fuerzas después de una jornada admirando los bellos recursos de esta ciudad que entrar en cualquiera de sus numerosas cocinas y dejarse guiar por las recomendaciones de cada rincón, diferentes en cada casa, restaurante o bar, pero con la esencia común del saber hacer de nuestros cocineros.
Haciendo un repaso por los platos típicos de la gastronomía de Antequera hay que tener en cuenta tres factores determinantes: la profunda huella que dejaron árabes y judíos, la geografía y el clima de la zona y la base que aportan los cultivos de su fértil Vega. Así, predominan los cereales, las legumbres, las hortalizas y el riquísimo aceite de oliva de la tierra, todos ingredientes esenciales de la dieta mediterránea.
Primeros platos como la popular porra, el guisado de patas, ajoblanco, gazpachuelo, las migas, la ensalada de cardos y el pío antequerano abren un sinfín de posibilidades que combinan a la perfección con platos elaborados a base de recetas de caza y pescado como el conejo a la cazadora, el chivo a la pastoril o los boquerones rellenos.
Y para el postre, la antigua y experta mano de los reposteros y monjas de los conventos nos obsequian con deliciosos platos como el bienmesabe o el angelorum. Según la época del año encontramos también los famosos mantecados (en fechas navideñas) y los pestiños, torrijas y roscos típicos de Semana Santa.
Mención especial merece nuestro principal embajador, “el mollete antequerano”, un tipo de pan árabe, poco cocido y de miga blanca elaborado artesanalmente. Protagonista del libro “50 Recetas con Molletes de Antequera”, el título del mismo muestra la versatilidad de esta joya de los hornos antequeranos. Como dato curioso, decir que Sus Majestades los Reyes de España son unos confesos enamorados del mollete y el aceite de Antequera.
Para el turista que sabe que no conocerá bien una tierra si no sabe de su cocina, Antequera ofrece auténtica cocina andaluza, pero con matices propios antequeranos.
Primeros platos como la popular porra, el guisado de patas, ajoblanco, gazpachuelo, las migas, la ensalada de cardos y el pío antequerano abren un sinfín de posibilidades que combinan a la perfección con platos elaborados a base de recetas de caza y pescado como el conejo a la cazadora, el chivo a la pastoril o los boquerones rellenos.
Y para el postre, la antigua y experta mano de los reposteros y monjas de los conventos nos obsequian con deliciosos platos como el bienmesabe o el angelorum. Según la época del año encontramos también los famosos mantecados (en fechas navideñas) y los pestiños, torrijas y roscos típicos de Semana Santa.
Mención especial merece nuestro principal embajador, “el mollete antequerano”, un tipo de pan árabe, poco cocido y de miga blanca elaborado artesanalmente. Protagonista del libro “50 Recetas con Molletes de Antequera”, el título del mismo muestra la versatilidad de esta joya de los hornos antequeranos. Como dato curioso, decir que Sus Majestades los Reyes de España son unos confesos enamorados del mollete y el aceite de Antequera.
Para el turista que sabe que no conocerá bien una tierra si no sabe de su cocina, Antequera ofrece auténtica cocina andaluza, pero con matices propios antequeranos.
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