lunes, 19 de octubre de 2015

Úbeda, la ciudad de las leyendas.

De todos es sabido la belleza que hay en la ciudad de Úbeda, su zona monumental, de gran valor artístico y cultural (así es reconocido por la UNESCO), esconde los secretos más íntimos, secretos que se ha convertido en leyendas, y dichas leyendas han ido conformando la historia de nuestro propia país. Aquí os dejamos ciertas explicaciones y curiosidades sobre esta bella Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
 

Irse por los cerros de Úbeda.

 
Esta leyenda se ha convertido en una expresión muy utilizada dentro y fuera de España. Cuando alguien se va por los cerros de Úbeda significa que, o bien empieza a divagar (cambia de tema sin venir a cuento) o bien, intenta evitar responder una pregunta hablando sobre otra cosa no relacionada.
 
Parece que el origen de esta expresión viene de un hecho histórico. Resulta que en el año 1233 hubo un importante enfrentamiento en Úbeda entre cristianos y almohades. Justo antes de que comenzara el combate, uno de los altos mandos del rey Fernando III, el Santo, Álvar Fáñez, conocido como “el Mozo” desapareció sin que nadie supiera donde había ido. Horas más tarde, una vez conquistada la ciudad y pasado el peligro, “el Mozo” reapareció y al preguntarle el rey donde había estado contestó que se había perdido “por esos cerros de Úbeda”.
 
Según cuenta la leyenda hay dos versiones del motivo de la pérdida, uno que había conocido en el río a una hermosa joven árabe bañándose y que pasó con ella el día, y otro, que estaba temeroso y no quería enfrentarse a la cruenta batalla.

 
 

Los juancaballos.

 
Cuentan que en las profundas grutas de Sierra Mágina se esconden unos seres extraños conocidos como los “juancaballo”. Éstos son mitad hombre y mitad corcel y se caracterizaban porque son malignos, crueles, y se alimentaban de carne humana y les gustaba vivir bajo la luz del sol.
 
Durante una época, la población de Úbeda estaba tan atemorizada por sus posibles  fechorías que se hizo un relieve en los contrafuertes de la fachada de la Sacra Capilla de El Salvador para exorcizar y así eliminar el miedo, y suplicar la protección a la divinidad. En realidad, ese relieve se trata de la representación de un episodio mitológico de la literatura griega: Hércules luchando contra el centauro.
 
 Asimismo, la leyenda cuenta también, que los cazadores decidieron matarlo pero sus intentos fueron en vano. Por ello, el concejo de la ciudad ofreció recompensa a mercenarios, los cuales tampoco lo lograron. Así, el monstruo estuvo varios años aterrorizando a la población, hasta que ofrecieron a un reo de gran fortaleza que estaba condenado a muerte, perdonarle la vida y concederle la libertad si daba fin a la fiera. Finalmente, el forzudo acabó con ella y para evitar que saliera otro monstruo de su guarida, llamada la “Huerta del Caballo”, se le puso a la entrada una fuerte reja que aún hoy existe.



 

El tesoro de la Puerta de Granada.

 
Esta puerta, que en la actualidad se conserva en perfecto estado, forma parte de la muralla árabe. Cuenta la tradición que por ella pasó Isabel la Católica en su reconquista, camino hacia el último reducto de la civilización mora, Granada.
 
Dice la leyenda que existe un tesoro escondido cerca de la puerta. Sólo aquél que consiga comerse una granada en el dintel de la puerta sin que se le caiga un grano al suelo será el que descubra el suntuoso tesoro.
 

 

 

 

La monja varón.

 
El actual Palacio Juan Vázquez de Molina fue durante una época monasterio de madres dominicas. Se dice que a las puertas de éste se encontró un capazo con un niño de pocos meses. Durante días pensaron qué podían hacer con la criatura. Pasaban los meses y no tomaban ninguna decisión. No obstante, las monjas cada día se encariñaban más con él. Por eso, un día decidieron que se quedaría en el convento, pero había un problema: no podían admitir a varones; así que lo vistieron de doncella.
 
Sin embargo, con la muerte de las monjas que lo acogieron, las nuevas hermanas desconocían el secreto. Un día, una de ellas, descubre sin querer, el cuerpo varonil y lo delata a la superiora. Él insiste que es una mujer, al igual que las demás. A pesar de sus ruegos y llantos y excelente comportamiento lo expulsan y lo llevan a Sabiote. Se dice que murió al poco tiempo solo en un caserón en ruinas, quizás por pena o por hambre.


 

El hospital de Santiago.

 
Cuenta la leyenda que cuando el relieve de Santiago Matamoros, el cual se encuentra en una hornacina encima de la puerta principal del edificio, se le caiga la espada, España será invadida de nuevo por los árabes.
 



 
 
 

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