Las tapas son las reinas de la gastronomía actual española. Pero, ¿cómo nació esta singular forma de comer? ¿Qué camino han recorrido hasta ser lo que hoy son?
Origen
Las pequeñas cantidades de comida que se sirven en los bares para acompañar a la bebida se conocen popularmente como tapas. El uso de este vocablo como sinónimo de aperitivo tiene un origen incierto. Hay quienes aseguran que surgió a raíz de una anécdota protagonizada por Alfonso XIII en su visita a Cádiz. Antes de regresar a palacio, el monarca se detuvo en el Ventorrillo del Chato, venta que aún existe en la playa que lleva su nombre, entre Cádiz y San Fernando.
Alfonso XIII pidió una copa de vino de Jerez, pero no se percató de que un remolino de viento que se coló en el local amenazaba con llenar de arena de playa el catavinos real. Para evitarlo, un avispado camarero se precipitó a cubrirlo con una loncha de jamón.
Cuando el rey fue a dar un sorbo, preguntó con sorpresa: "¿Qué es esto?". El mozo le contestó:
Alfonso XIII pidió una copa de vino de Jerez, pero no se percató de que un remolino de viento que se coló en el local amenazaba con llenar de arena de playa el catavinos real. Para evitarlo, un avispado camarero se precipitó a cubrirlo con una loncha de jamón.
Cuando el rey fue a dar un sorbo, preguntó con sorpresa: "¿Qué es esto?". El mozo le contestó:
"Perdone mi atrevimiento Majestad, le he puesto una tapa para que no entre arena en la copa".
Alfonso XIII se comió la loncha de jamón y requirió que se le sirviera otro Jerez, pero "con otra tapa igual". Todos los presentes rieron el ingenio real y emularon al rey pidiendo lo mismo.
¡Una tapita! señal de identidad.
Se han convertido en la seña de identidad de la gastronomía andaluza y española y en uno de los elementos más exportables de nuestra esencia. Los más reconocidos chefs pugnan por elaborar las más sofisticadas y sabrosas y los turistas de todo el mundo que visitan el país no pierden la oportunidad de deleitar sus paladares con un buen abanico de ellas.
Frente a los platos de comida tradicionales, las tapas presentan varias ventajas: son más ligeras, rápidas de hacer y permiten comer una gran variedad de alimentos en una sola sentada.
Aunque al principio las tapas se reducían a lonchas de chacinas, quesos, aceitunas o frutos secos, hoy son objeto de la cocina más elaborada. Cocineros como Ferrán Adriá han encontrado en la tapa otra expresión de su quehacer culinario. Las más originales y novedosas tapas de diseño se suman a las de guisos, montaditos, etc. La variedad de las mismas es amplísima.
Su precio, más bajo que el de un plato de comida al uso, es otra de las ventajas que presentan las tapas. Y aunque hace años las tapas se comían antes de la comida principal, actualmente, suponen en sí misma la comida saciando el hambre de los comensales.
La dimensión social de las tapas es, finalmente, uno de los mayores atractivos de las mismas. “Tapear” se ha convertido en uno de los entretenimientos principales en España. La dilatación de la comida entre tapa y tapa favorece la conversación, la digestión y las relaciones sociales.
Aunque al principio las tapas se reducían a lonchas de chacinas, quesos, aceitunas o frutos secos, hoy son objeto de la cocina más elaborada. Cocineros como Ferrán Adriá han encontrado en la tapa otra expresión de su quehacer culinario. Las más originales y novedosas tapas de diseño se suman a las de guisos, montaditos, etc. La variedad de las mismas es amplísima.
Su precio, más bajo que el de un plato de comida al uso, es otra de las ventajas que presentan las tapas. Y aunque hace años las tapas se comían antes de la comida principal, actualmente, suponen en sí misma la comida saciando el hambre de los comensales.
La dimensión social de las tapas es, finalmente, uno de los mayores atractivos de las mismas. “Tapear” se ha convertido en uno de los entretenimientos principales en España. La dilatación de la comida entre tapa y tapa favorece la conversación, la digestión y las relaciones sociales.
Todo un lujo gastronómico al alcance de todos.